A la mujer de silueta en cielo, le deseo mis mejores pensamientos, cuando contemplo la figura que recubre sus ternuras.

Al brillo matiz en color de ensue�o que emerge de su pelo cuando va decorando el firmamento con el negro fulgurante de sus ojos.

En su pecho de suave fuego, van naciendo supremos sentimientos en cada latido de su coraz�n, generando siempre la esperanza de un nuevo amor.

Por su vientre plagado de suavidad, se abren las fronteras sensuales que colman el ensue�o perpetuo de la felicidad teniendo siempre un sitio para la vida que infunde su armon�a.

Sobre su piel de suavidad suprema existe el aroma del para�so y deseo, cuando su perfume celestial inunda el universo entero al tener presencia la inmensa armon�a que navega en cada parte sustancial de su figura de mujer perpetua, de su euritmia cubierta de sensualidad.

Y renacen siempre pensamientos en cada beso de dulzura que decora su sonrisa, porque en su brisa de ensue�o matutino est� la divina presencia que desborda a su mirada de mujer, de imagen suprema en luna ilusionada.